Nacemos con el objetivo de cubrir todas las necesidades actuales referidas a la salud integral del pie. Hoy en día, la disciplina de la podología no está incluida en el servicio público de sanidad, con lo cual, es importante dar cobertura a la población en ésta área.
La función del podólogo es tratar de forma completa todas las patologías localizadas en el pie de la población en general, es decir, a cualquier persona que sufra dichas enfermedades, independientemente de cuál sea su edad o género.
Culturalmente se relaciona la visita al podólogo con mujeres de edad avanzada. La realidad hoy es bien distinta; en consulta además de tratar ya una afección existente, se trabaja fehacientemente sobre la prevención de la salud del pie. Ello nos lleva tanto a tener pacientes de edad temprana, como de mediana o tercera edad.
El papel de la prevención es fundamental sobre todo en casos especiales con un alto nivel de riesgo de padecer ciertas patologías de base como son los pacientes diabéticos tanto de tipo I como de tipo II.
Cada paciente que acude a la clínica, es atendido de forma individualizada en tanto en cuando precise un tratamiento específico sea a nivel dermatológico, articular, o presente posibles síntomas que puedan derivar en una patología.